Camara Ventilada

La segunda piel juega un papel fundamental en la eficiencia climática de los edificios modernos. Esta tecnología implica un revestimiento externo separado de la pared interna del edificio, creando así una cámara de aire intermedia que actúa como aislante térmico y acústico.

Al estar expuesta a la radiación solar, la segunda piel calienta el aire contenido en la cámara interior, que, debido a la convección térmica, se vuelve menos denso y asciende naturalmente. Este fenómeno, conocido como «efecto chimenea», promueve la renovación constante del aire y contribuye significativamente a la ventilación pasiva del edificio.

Para garantizar un rendimiento óptimo de la cámara ventilada, es fundamental utilizar un sistema de juntas abiertas. Este enfoque permite un flujo de aire continuo y eficiente, mejorando la regulación térmica y manteniendo condiciones internas confortables y saludables.

La implementación adecuada de una segunda piel con juntas abiertas no solo mejora la eficiencia energética del edificio, reduciendo así su huella ambiental, sino que también proporciona una ambiente interior más confortable y sostenible para sus ocupantes.